domingo, 17 de abril de 2011

El primer maratón de Trotón Al visto desde fuera

He estado esperando a que publicara Trotón Al, pero creo que me voy a permitir adelantarme.

Conozco desde hace mucho el sueño de Al y lo que este primer maratón representaba, así que, después de estos años de andanzas conjuntas, también estaba un poquito nervioso ante la hazaña que tenía por delante.


El sábado planificamos los encuentros que tendríamos con él a lo largo de la carrera; seguro que los ánimos que le trasmitiríamos Trotoncillo junior Al, Mari Pepa, Susana y un servidor haría un poco más llevadero el muuuuy largo camino.

Mari Pepa y junior le arroparon en la salida de donde partieron al siguiente punto de encuentro en Concha Espina, creo que era el km 10. Susana y yo habíamos quedado en el segundo punto, cerca del km. 16, en San Bernardo.

Mientras esperábamos a Mari Pepa y junior, pasan ante nosotros las primeras cinco mujeres clasificadas, todas ellas agrupadas, ¡ y a que ritmo !, son las 10 en punto, así que la velocidad de crucero que llevan es fácil de calcular.

Llegan Mari Pepa y trotoncillo, nos comentan que en el paso anterior iba fenomenal, al ritmo previsto. En pocos minutos aparece a la vista Trotón Al, le veo cómodo, corro con él unos metros, me comenta que va bastante bien y le despido hasta la siguiente cita, en el kilómetro veinte, Paseo Moret esquina Ventura Rodríguez.

Caminamos deprisita desde San Bernardo para llegar al punto siguiente, hay que acelerar, vamos justos de tiempo. Llevo un par de tubos de glucosa para dárselos en ese encuentro. Le espero junto a la alfombrilla de control del km. 20, al poco le vemos aparecer, sigo viéndolo fresco (¡increíble! ¡que tío! tras casi media maratón en las piernas). El griterío de sus fans es atronador, es nuestro ídolo. Corro con el otros pocos metros, le suministro la glucosa e intercambiamos unas pocas palabras. Me comenta que ahora va un poco más cansadillo pero yo sigo notándole bastante entero.

Tomamos el metro en Plaza de España, rumbo a la Casa de Campo, donde esta prevista la nueva cita. Aquí hemos quedado con un viejo amigo, Carlos, quien tampoco quería perder la oportunidad de dar aliento a Trotón Al. Le esperamos todos atentos a su paso por el km 27,5 y le vemos aparecer cumpliendo horarios. En esta ocasión, le veo un poco más perjudicado, me cito con el en Pirámides, donde tengo intención de correr los últimos 5km junto a él para darle los ánimos que estén en mi mano.

Salgo yo solo camino al nuevo punto y dejo en la salida de la Casa de Campo a Mari Pepa, Susana, Carlos y trotoncillo Al junior, quien se iba a encargar de suministrar las nuevas dosis de glucosa a su super papi. Ellos saldrían después directamente a la meta, pues no había tiempo de que hicieran la nueva escala en Pirámides.

Como llego sobrado de tiempo, camino contra carrera para encontrarme lo antes posible con Trotón Al y hacer el máximo de los últimos kilómetros que le quedan. Conecto con él en el km. 37 aproximadamente, sigue manteniendo el ritmo pero su cara refleja el tremendo esfuerzo que está haciendo. Apenas habla (mejor dicho, no habla nada, solo mueve la cabeza), me pongo en paralelo con él y nos encaminamos a realizar los últimos 5 km. de la prueba, los más duros, tanto por los kilómetros que lleva encima como por el perfil de la última etapa.

Voy delante, voy detrás, voy en paralelo, no se donde ponerme, no quiero molestarle, no se si es mejor ir de liebre o que no me vea, le veo tan serio y concentrado que no me atrevo a preguntarle.

Subimos camino de Atocha y en la glorieta le doy un grito de ánimo, ¡vamos compañero, que ya se ve el Retiro! Comenzamos la subida por Alfonso XII, mucho público animando, y a pesar de la pendiente, el amigo Al no cede en el ritmo, es más, consulto mi GPS y veo que está subiendo a 11 km/h. A ese ritmo de subida me cuesta seguirle y me toma unos metros de ventaja. ¡Que barbaridad, no soy capaz de ir a su velocidad por la cuesta! Durante toda la calle Alfonso XII va adelantando a multitud de corredores, sigo detrás de él a una distancia de unos 20 o 30 metros, giramos a la calle Alcalá para acometer el último hueso, ¡ya lo tiene hecho!

Entramos en el parque del Retiro, mucho público animando y entre ellos, vemos a nuestras chicas dando ánimo (y a trotoncillo). La Organización me saca fuera, como es lógico, y le sigo por el lateral, le pierdo entre el público, pero cuando llego a la meta se que ha hecho un crono excelente, el reloj marcaba 4:03 y él debía haber pasado algún minuto antes. Le localizo tras las vallas y quedamos en la salida, junto a la Rosaleda.

No puedo decir que nos fundimos en un abrazo, aunque ese era mi deseo, pero su esfuerzo había cobrado su peaje y no tenía fuerzas para el apretón que estaba dispuesto a darle. Allí se reune con su family, besos y abrazos para nuestro Filípides, y tras una breve recuperación, nos despedimos (o eso creía él...).

Susana y yo recogimos a nuestra hija mayor, Azahara, y nos dirigimos al restaurante hindú donde habíamos quedado con Mari Pepa para dar una sorpresa al héroe granadino. Cuando hizo acto de presencia, grandes aplausos y ovaciones, ¡ESTAMOS TAN ORGULLOSOS DE TI, AMIGO!

PD. aunque es lo de menos, el pedazo de bestia consiguió bajar en su primera maratón de las 4 horas, el tiempo oficioso 3:55

1 comentario:

  1. ¡Gracias por todo! Por ayuda, apoyo, ánimo, comentarios y por la comida...

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