domingo, 3 de febrero de 2013

DON HIPONCONDRIACO VERSUS SR.CAMPEON.


De Trotón Alberto :

Érase una vez un trotón, que habiéndose apuntado a la popular de “DOS LEGUAS FUENTE DE LA CHOPERA” en Leganés, daba en presentarse a la misma una lesión que arrastraba en el soleo, una mala digestión nocturna y una discusión doméstica no incentivaban al susodicho cuando el reloj sonó a las 08:00 horas.

Mientras desayunaba escuchaba “Paint it Black” de los Stones y comenzó a animarse, 20 minutos  y llegó al parque de la Chopera, eran las 09.15 y los alrededores “olían” a corredor; el trotón sentía la adrenalina en los gemelos de su pierna izquierda. Diez minutos más tarde no había encontrado sitio para aparcar, la sombra del desastre se cernía sobre nuestro hombre, faltaban cinco minutos para que cerraran las mesas de entrega de dorsales.

Al final con el dorsal ya puesto, todavía faltaba una hora para la prueba, un café expresso en la cafetería del parque era una buena opción, el ambiente de deportistas animaba a ello. Horror, aquel café llegaba al estomago en forma de “polonio”, que viene ahora?? pensaba el trotón  con sudores..., acordandose de “Fierabrás”, comenzó a calentar.

A las 10:30, el mogollón en pos a la salida, los aplausos, la cuenta atrás y las ganas de una buena marca.

En el kilómetro cuatro, marcando 5:10 por kilometro, otra vez el bajón, “qué pasa? , mañana lunes tengo visita al cardiólogo, maldita tensión”. Adelanto a un muchacho de unos veinte años con cierta minusvalía en brazo y pierna, un campeón. Dejó atrás los pensamientos fatalistas y recupero el ritmo a 4:50, el del megafono del kilómetro seis grita mi nombre (es compañero de trabajo) y allá voy.

Al fondo veo la cuesta, angosta, pedazo desnivel, creo que me va a reventar, sigo y la embisto y leo en un puente ánimo campeones, no paro, bajo  la cabeza y la subo, llego a la cima aplaudiendo, soy un macho alfa. Pero en el kilómetro nueve me da un flato en el lado izquierdo, demasiado oxigeno, me acuerdo de la cardiólogo, me voy parando, troto, pero quiero seguir.

Llego al diez y veo que la afluencia del público en torno a la meta es grande, vuelve el macho alfa, a lo lejos el canoso que me adelanto hace dos minutos, voy a por él, los últimos doscientos metros es una pequeña rampa, si ahora me parece pequeña, hasta luego canoso, hola meta.

Después de 11´50 kilómetros el tiempo de 56:30 no es bueno, solo es digno, pero el sr Campeón ha ganado a Don Hipocondríaco. Gracias deporte…..

 

2 comentarios:

  1. Está claro: nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. Todos tenemos dentro un Sr. Campeón y un Sr. Hipocondríaco... y solamente de nosotros depende que triunfe uno u otro.
    A ver cuándo nos reunimos unos cuantos trotones de nuevo para rodar un finde o para disfrutar una carrerita popular... ¡yo lo echo de menos!.

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  2. He estado liado con el trabajo y no he tenido mucho tiempo para leer/comentar. Pero aunque sea tarde, esa carrera ¡merece una felicitación!
    ¡Enhorabuena por superar digestiones, hipocondrías y disensiones domésticas! Y ese tiempo en esta carrera es algo más que digno.

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