Mañana de domingo fría y soleada para enfrentarme a un medio maratón de los clásicos de Madrid, el de Fuencarral-El Pardo.
Globalmente, buena
organización: sin problemas con inscripciones ni recogida de dorsales; salida bien organizada y llegada en pista de atletismo y sin grandes esperas para recoger la bolsa del corredor. Recorrido bien señalizado y avituallamientos suficientes (aunque un poquito pequeños, de forma que era fácil no poder recoger la botellita si no estabas atento). Una pequeña crítica: en varias partes del recorrido el tráfico no estaba cortado en sentido contrario (por ejemplo, en la carretera de El Pardo, donde, a veces, se hacía un poco estrecho para la cantidad de corredores).
El
perfil, como ya se anunciaba, duro. A mí me ha parecido más duro que la Tragamillas. No tengo datos completos (mi Garmin se quedó sin batería a mitad de recorrido... me despisté ayer y no lo recargué...), pero la diferencia entre altura máxima y mínima es de unos 140m (en la Tragamillas unos 65m; por comparar con otros, el de Ávila, unos 115m; el de Granada unos 65m).
Pero el perfil no sólo es la diferencia de alturas máxima y mínima. En esta carrera, los primeros 8km son, globalmente, cuesta abajo, pero con algunas subidas, algunos llanos y algunas cuestas abajo de las duras. Tras unos kilómetros más llanos, a partir del km.12 comienza a subirse lo que se ha bajado antes. Rampas duras y largas que se suceden con pequeños descansos. Pero no para de subirse hasta el final.