Crónica del V Memorial Padre Marcelino

Supongo que todos conocéis Granada. A mí me parece una ciudad con un encanto diferente, si bien es cierto que no soy objetivo, pues he vivido allí muchos años y además años muy importantes de mi vida. Por ello creo que entenderéis cuando digo que volver a Granada para mí es algo muy especial. Además, esta vez volvía a cumplir otro deseo, como era correr la carrera del Padre Marcelino.

Un nombre un poco extraño para una carrera, pero que voy a tratar de explicar en esta crónica. El Padre Marcelino fue un agustino que en los años 70 fue a Granada y dio un impulso definitivo al interés que por el deporte se desarrolló en el Colegio. Marcelino fue profesor, entrenador y con el paso del tiempo amigo. A los que tuvimos la enorme suerte de conocerle y de tratarle nos marcó definitivamente. Era un hombre de una humanidad fuera de lo común. Educaba con el ejemplo y tenia una capacidad de comprensión con los defectos de los demás, infinita. Como diría Antonio Machado era, un hombre bueno.

Por eso, cuando el domingo por la mañana, a las 10, nos juntamos 4 amigos del colegio a correr su carrera, creedme si digo que me sentía muy feliz. Ver a varios cientos de personas congregadas para hacer deporte, en recuerdo de Marcelino, me hace pensar que la vida, a largo plazo, es más justa de lo que a veces nos quejamos.

Trotones que vienen de Madrid, con el amigo Fernando

Dicho esto, entro en faena: Mi primera carrera. Nervios en incertidumbre. Había entrenado bastante bien pero eso no te asegura nada. En la línea de salida estábamos Alberto (trotón Al), Migue, Fernando y Pedro. Cuatro amigos con el objetivo de pasarlo bien y, al menos yo de, en principio, ser capaz de seguir el ritmo de los demás y luego de hacer un buen tiempo, que para un novato era bajar de los 50 en los 10 Km. La noche anterior había estado cenando con amigos, por lo que me acosté un poco más tarde de lo debido, aunque no tanto como lo hizo Migue. Habíamos recogido los dorsales, con una organización impecable y estábamos en la línea sin demasiada aglomeración. Temperatura ideal para correr y sonó el pistoletazo de salida.

Fernando y yo comenzamos a correr a un ritmo seguramente excesivo, mientras que los corredores más expertos (Alberto y Migue) comienzan con un ritmo más tranquilo. Poco a poco vamos corriendo por las calles de Granada y en el primer kilómetro Fernando me confirma que vamos a ritmo bueno para poder alcanzar el objetivo de los 50 minutos. Yo me encuentro muy bien. Buenas sensaciones y me da tiempo de ir disfrutando de la carrera, de ver antiguos amigos entre el público y de recordar viejas anécdotas entre las calles. De repente veo una camiseta trotona entre el público (el pequeño Alberto) ha salido a animarnos (su madre, desde el principio, estaba cumpliendo como una reportera experimentada, también con la camiseta oficial). Lo saludo y pone un poco de cara de sorpresa. Los kilómetros van pasando y me encuentro muy bien. A Fernando le veo un poco más cansado, pero aguanta a muy buen ritmo, a pesar de que hemos tenido que subir algún que otro pequeño repecho. Pasamos el Kilómetro cinco entre avituallamientos y más gente de la que yo me esperaba, animando en el recorrido. Hacia el km 6, quizá el 6,5 miro hacia atrás y veo que Alberto se va acercando. Migue se ha quedado un poco más atrás, pero luego me entero que le duele el nervio ciático y que lo va pasando regular. Alberto nos coge y Fernando nos dice que sigamos a nuestro ritmo, que él irá un poco más lento. Yo voy fresco como una lechuga (cuando están frescas) y con las camisetas trotonas seguimos en solitario Alberto y yo. Sobre el kilómetro 8 empiezo a notar el cansancio y le digo a Alberto que voy a regular un poco. Comienza a marcarme el ritmo y me dice que tan sólo queda una subida y luego la meta. Me va diciendo que de seguir así bajamos de 50, seguro. Me animo y a pesar de no tener muchas fuerzas intento seguir a un ritmo digno. Coronamos la cuesta y ya sólo queda el último kilómetro que es favorable. Alberto sigue animándome y marcándome el ritmo. Cuando faltan 200 metros creo que no voy a ser capaz de llegar. Pasamos la meta y ahí está el resultado. 48.06. Fernando llega por debajo de 49 y Migue, a pesar de la ciática que hoy le tiene en cama y de haber disfrutado de Rosendo hasta las 3 de la mañana lo hace en 50.



Trotones Al y Pedro llegando

El amigo Fernando (seguro que futuro trotón) llegando

El amigo Migue (otro que tendrá su camiseta trotona) llegando

La llegada es muy ordenada y no hay ningún problema en recoger bebidas y regalos. Tenemos tiempo para recuperarnos y comentar la carrera, aunque no mucho porque enseguida comienza las carreras de los niños y la de los tres kilómetros.

Nada más llegar le he dado las gracias a Alberto, y no sólo por haberme marcado los dos últimos kilómetros y haberme animado, sino por haberme dado tan buenos consejos en esto de empezar a correr. Me imagino que a más de un Trotón le gustaría correr la carrera del Padre Marcelino el año que viene y sería estupendo ver 5 o 6 camisetas azules corriendo por Granada en el 2012. A mi me encantaría verlo.



Pedro: objetivo superado con creces

Como conclusiones a mi primera carrera:

• Muy contento por el tiempo que he hecho

• Debería correr un poco más largo para evitar perder ritmo al final

• Con tiempo y entrenamiento puedo ir preparando una media para el año que viene



Reportera Maripepa también estuvo atenta al vencedor ¡atencion a su tiempo!

Clasificaciones y fotos del V Memorial Padre Marcelino