Durante esta semana he completado algunas sesiones más de 30min de trote suave. Las rodillas siguen quejándose. No quiero hacer planes, pero durante las próxima semanas continuaré así y ya veremos...
Mis rodillas se quejan... pero mis rodillas parecen olvidar a quién pertenecen.
Pertenecen a ese que una vez pensó (siendo veinteañero) que un día haría un maratón, pero no se atrevió a decirlo hasta ser treintañero. Y esperó a que llegase el momento de prepararlo. Y el momento llegó tras cumplir los cuarenta. Y aún tuvo que esperar 4 años más para sumar suficientes entrenamientos como para sentirse preparado. Pero al final lo hizo. Porque veinte años no es nada...
Pertenecen a ese al que se le ocurrió después que alguna vez recorrería 100km. ¡Menuda locura! Pero un año después consiguió hacerlo.
Mis rodillas piensan que por quejarse van a conseguir pararme. Olvidan que lo mio es la per-/re-sistencia.
El reinicio continúa.
La cabezonería, en su grado, puede ser muy buena. Terminarás recordándole a tus rodillas y recordándote a ti mismo quién fuiste. Ánimo
ResponderEliminarResistir en vencer, ánimo
ResponderEliminarAnimo socio, seguimos en la brecha que no es poco... las rodillas cascadas se compensan con la ilusión, esa si que es la de un veinteañero sino más
ResponderEliminarTus rodillas no saben con quien están tratando! Un abrazo, compañero!
ResponderEliminarSi has conseguido correr 100 km, creo que hay pocas cosas en la vida que puedan detenerte a estas alturas...y tus rodillas antes o después se cansarán de protestar, solo debes tener paciencia.
ResponderEliminarUn saludo y mucho ánimo