Efectivamente amigo Alberto, no tenemos perdón (ni tiempo…),
así que allá va mi particular crónica.
A la hora de recoger el chip con Pedro, la mañana se
presenta muy fresca, con negras nubes en el horizonte y molestas rachas de aire
frío. Para que os hagáis una idea, Pedro me comenta que no vendrían mal unos
guantecitos mientras nos resguardamos al cobijo de un cartel publicitario.
Este año pensé que habría menos participación por la
confluencia con la Liberty pero compruebo que ha aumentado ligeramente el
número de corredores respecto a la edición pasada. Personalmente me alegro,
dado su carácter benéfico frente al “tinglado” comercial en que se ha
convertido la Liberty.